Es todo un placer escribir unas líneas en esta web después de años diciendo que teníamos que hacer algo así. Mi enhorabuena y todo mi ánimo a los que estáis haciendo posible que esto salga adelante. Yo, no creo que pueda escribir mucho, pero al menos quiero poner mi granito de arena.

Según entraba en la web pensaba en qué había cambiado mi vida desde un día de julio de 1991 en que me licencié, hasta ahora. Muchas personas, muchos eventos, muchos días de trabajo, menos de placer; un par de hijos, un puñado de personas maravillosas que hacen que mi vida tenga sentido. Vamos, que mi vida no tiene nada que ver con la que era.

Pero pensando en lo profesional creo que hay una diferencia fundamental. Lo que para mí era entonces la tecnología y lo que es ahora. Cuando acabé la carrera, la tecnología era el fin, el motivo, el reto a superar. ¿Cómo hacer un algoritmo un segundo más rápido? ¿Cómo acceder a esa base de datos con el menor número de sentencias? ¿Cómo hacer un modelo suficientemente abstracto para que funcione en cualquier caso? Unos cuantos años mi vida en mi trabajo fluía en esa dirección, y en transmitir a mis alumnos la pasión por la informática como un reto a superar.

Os confieso que me siento muy lejos de eso ahora. Y no quiero evangelizar, creo que eso es necesario, y trato todos los días con personas maravillosas que están en ese punto. Yo, simplemente, he encontrado otro que me gusta más, que me hace sentir mejor, que me hace más feliz con mi trabajo. La tecnología como medio, ¿qué proyecto podría hacerse que no se está haciendo?, ¿cómo podría ayudar la tecnología en este caso/a esta persona?, ¿por qué no poner aquí un ordenador para hacer esto, mejor?

Os escribo desde Granada en una tranquila mañana de domingo. Brilla un maravilloso sol andaluz que entra por el balcón de la casa de mi amiga granadina donde estoy pasando estos dos días. Ella es profesora de traducción en la Universidad de Granada, y miembro de la red CEPACC. Una red de universidades y entidades para la accesibilidad a la comunicación a la que pertenecemos.

En esta red comparto tiempo con lingüistas, abogados, expertos en comunicación, y otras tantas titulaciones. La tecnología es una cosa más. Hablamos mucho de trabajo multidisciplinar pero yo sólo hace unos años que me he dado cuenta de lo que realmente significa. Cada uno aporta su experiencia y ninguna es más ni menos importante. Sólo la conjunción de conocimientos diversos hace que al final un proyecto, una idea, un curso, salgan adelante.

Yo disfruto mucho en este entorno. Sintiendo a la tecnología como una oportunidad para realizar algo, servir para algo, aportar algo.

Y de paso, pero nunca menos importante, conocer a personas que merecen la pena. De esas que hay en tantos sitios, con las que sólo hay que estar abierto para reconocerlas. La vida se encarga de ponerlas delante de nosotros.

Un abrazo